-¿Qué le
dicen sus amigos de Málaga al ver la escandalosa cifra de
goles?
-Me dicen de todo. Bromean diciendo que a ver cuando me retiro
y que con los años que tengo todavía estoy dando guerra.
Pero es una satisfacción que se acuerden de mí y sigan al
equipo donde estoy.
-Hace un año,
en este mismo acto en el bodegón Andalucía, decía que
esperaba marcar más goles la próxima temporada y ayudar al
San Fernando al ascenso. Dicho y hecho.
-La temporada pasada llegué en enero y tuve la suerte de
hacer una buena cantidad de goles, pero el equipo cayó en la
última eliminatoria y nos quedamos con un sabor agridulce.
-Ello fue el
motivo de que Pedro Carrión siguiera en el San Fernando.
-Estaba muy a gusto en San Fernando y había un buen
proyecto, pero está claro que también influyó para que
siguiera. Lo hablé con muchos compañeros y les dije que
tenía una espinita clavada. Y es que lo que yo viví el año
pasado en media temporada fue increíble.
La gente me trató de maravilla y se volcó con el equipo en
los tres desplazamientos de la liguilla. Y caer en la última
ronda fue para mí un palo muy grande. Por ello quería
demostrarle a los aficionados que se podía conseguir.
Recuerdo que el año pasado, en este mismo acto, estaba muy
dolido y dije que esperaba marcar el mayor número de goles
posible y ayudar a que el equipo ascendiera a Segunda B. Y
empecé con tantas ganas que ha sido, sin duda alguna, la
mejor temporada de mi vida porque 41 goles no se marcan
todos los días. Una buena cifra para un delantero son 20
goles, pero marcar 41 es algo para recordar siempre.
-Si lo piensa
fríamente se dará cuenta que es una cifra casi imposible de
conseguir.
-La verdad es que lo he pensado y te dices a tí mismo que no
es posible, pero sobre todo estoy muy contento porque mis 41
goles han ayudado a conseguir el ascenso. En campos tan
difíciles como los del Antoniano y Algeciras se nos puso el
partido muy complicado y ganamos con dos goles míos y el
trabajo de todo el equipo, pero en la liguilla el último gol
lo marcó Ñoño y el que nos dio la tranquilidad para ir a
Llodio lo hizo Ocaña.
-Y Carlitos
marcó los goles al Levante en Bahía Sur jugando de falso
nueve, como Cesc.
-Así es y la gente me decía si el equipo jugaba mejor
conmigo o sin mi. Sin Pedro Carrión jugó los dos partidos
con el Levante e hizo un pedazo de eliminatoria, ganando 2-0
en casa y 0-1 en Valencia.
-¿Cómo me
explica que el San Fernando fuera uno de los equipos más
goleados en la Liga y, sin embargo, en la fase de ascenso se
convirtió en un equipo sólido, difícil de batir y sólo
recibió un gol?
-Eso es trabajo del entrenador (señala hacia donde estaba
Antonio Iriondo). Desde un mes antes de comenzar la liguilla
nos insistió mucho en que el equipo debía tener
consistencia. Pero ese trabajo no era sólo cuestión de los
cuatro defensas y del portero, sino de todo el equipo. Con
Menudo el equipo se partía en el campo, pero desde que llegó
Iriondo hemos trabajado muchísimo hasta que dimos con la
tecla.
Es mérito de todos y ha permitido que sólo nos hicieran un
gol en seis partidos en una liguilla que es para recordar.
En ese sentido, siempre he dicho que la liguilla es como si
fuera un adelanto de la Segunda B, porque los rivales son de
esa categoría, y desde aquí hago un llamamiento a la
directiva para que no se vuelva loca, porque con los números
de la liguilla, cuatro victorias y dos empates, estaríamos
arriba en Segunda B, y yo apostaría por la continuidad de
casi toda la plantilla.
-Entre ellos
Pedro Carrión.
-Esperamos que conmigo cuenten para Segunda B, aunque ellos
saben desde el primer momento que no habría problema. Estoy
muy a gusto en San Fernando, donde he hecho muchas amistades
dentro y fuera del vestuario, y, además, quiero acabar la
carrera de entrenador que estoy estudiando en Puerto Real. Y
que mejor que seguir aquí jugando al fútbol y disfrutando.
-¿Le ha
sorprendido la marcha de Antonio Iriondo?
-Bastante. Me lo comentaron durante la celebración, no
recuerdo exactamente en qué momento, y con toda la euforia
que tenía me vino encima la tristeza. Y es que Antonio es
uno de los culpables de que esto funcione, además de ser un
entrenador con muy buenos principios ofensivos, que necesita
perfectamente lo que necesita hacer este equipo y estos
jugadores. Además, tiene muy buena mano izquierda para
tratar un grupo tan complicado como, a veces, ha sido el
nuestro. |