"Masegosa
no tenía motivos para hacer cambios y no quiso tocar lo que
está funcionando como un reloj. Martín Posse, empapado de
videos, prefirió cortocircuitar la zona de máquinas isleña y
dejó en el banquillo a su goleador Álvaro para poblar el
centro del campo. Arriba el siempre peligroso Emaná, hermano
del exbético Achille Emaná. Funcionó el cortocircuito en la
primera mitad. En la segunda el San Fernando reventó el
circuito eléctrico y fundió al filial del Nástic".
"El
dios Eolo no quiso respetar esta cita con el fútbol. Sopló
con toda su fuerza, impidiendo controles, desplazamientos y
movimientos. Dos enemigos enfrente: el Pobla y el Levante.
Los dos equipos ponían pronto sus argumentos sobre el tapete
del estadio. El rival jugaba de aúpa.
Veíamos un filial paradójico. Por un lado, mucha calidad y
atrevimiento en gran parte de sus futbolistas; por otro,
realizaban muchísimas faltas que no recibían sanción, ni en
forma de falta, ni de cartulina. Por momentos pensamos que
las tarjetas se las había dejado olvidadas en el ferry el
colegiado ceutí Ahmed. Cuando los rojillos habían realizado
aproximadamente quinientas faltas (quizás un par de ellas
menos) , por fin en el minuto 37’ pudimos contemplar que las
traía consigo.
"De esta manera, tanto juego interrumpido provocaba que no
aparecieran el triunvirato de la magia: Carlitos, Ñoño y
Tati. De esta manera la hoja de las ocasiones aparecía con
un par de renglones que decían así: minuto 18 cabalgada (sin
caballo) de Ñoño, cuyo centro es rematado por Tati, pero el
portero Ayala desbarata; minuto 38 fuerte chut de Ñoño desde
larga distancia".
"Y llegó la segunda mitad. ¡Vaya 45 minutos que disfrutamos!
Si en la primera mitad habían sido cortocircuitados, en
esta los pupilos de Masegosa se enchufaron al partido con
una presión, intensidad y ganas que ni siquiera el viento de
Levante podía pararlo. Así pues, las ocasiones fueron
llegando minuto a minuto (un paquete de folios, por favor,
para apuntar todas las ocasiones de gol). Y entre los once,
especialmente uno: Ñoño. Parecía el hijo del viento con su
desbordante velocidad. Estuvo espectacularmente brutal y
brutalmente espectacular. En una palabra: fantástico".
"Como decíamos unas líneas más arriba, rosario de ocasiones
que hacían saltar de sus asientos a los aficionados azulinos
y echarse las manos a la cabeza. El gol tenía que llegar.
En el 65’ silencio en la sala que Tati va a lanzar. Lanza,
repele Ayala y “La Roca” Sergio Castillo con el alma aloja
el balón en las mallas. A buen seguro que todos y cada uno
de los aficionados congregados en el estadio empujamos al
poderoso central. Merecidísimo".
"El
San Fernando ya había abierto la caja de los truenos y
estaba desatado. Algunos futbolistas (Jorge Herrero, Dani
Martínez, Tati, ..) tenían el don de la ubicuidad.
Ocasiones y más ocasiones, suficientes incluso para ir
tranquilos a Tarragona. Y para ocasión la que tuvo Tati. El
nueve isleño no había mostrado buenas sensaciones. No tuvo
acierto. Demostró que es mortal. Cosas de dioses, mandó el
regalo de Ñoño al cielo. 3500 personas al unísono se
tiraban de los pelos. Algunos más que otros".
"Ya por entonces había comenzado el baile de los cambios.
Mientras tanto, Ñoño seguía entrando hasta la cocina,
comedor y dormitorio del subcampeón del grupo V".
A las diez y veinte de la noche, el marcador electrónico
decía que 1-0 para el San Fernando. Podría haber sido para
el San Fernando un 3 o un 4, pero el conjunto catalán salía
con vida, tras el ciclón de la segunda parte. Si tiramos de
sensaciones, tenemos mil motivos para creer. ¿Hay alguien
en su sano juicio que no los tenga? No. A este equipo basta
con mirarle a los ojos para ser optimistas.
Contigo volveremos". |