La galería contiene
20 fotos del partido San Fernando-UB Lebrijana
La contracrónica de
Antonio Marín del partido San Fernando-Lebrijana
"El
San Fernando
es un equipo de “empatía”. Se ha abonado al empate. Ayer
contra todo pronóstico (y más al descanso con un 2-0
a su favor),
más tablas.
Tarde de paraguas. Lluvia hasta de
goles.
H2O. Dos
moléculas de hidrógeno en forma de goles de Ñoño y Lolo
Garrido y una molécula de oxígeno, que daba vida a los
azulinos. Todo parecía el presagio de una buena tarde.
Nadie en Preferencia, todos al refugio del agua en Tribuna,
cubierta pero que te moja igual. El rival todo un histórico
en el fútbol sevillano, la U.B. Lebrijana, que data de
1928. Venía vestido a lo Shakhtar Donetsk. Por momentos
creímos ver a Lucescu.
Muy pronto llegó al estadio el poderoso caballero del
fútbol, Don Gol. Fue un gol de manual: robo, contragolpe
rápido y magnífica ejecución de Ñoño. Un gol por bajo
celebrado por todo lo alto.
Con la lluvia esclavizando la tipología futbolística,
llegaron intentonas de Carlitos y Edgar. Corría el minuto 38
cuando un balón “llovido” del cielo, Lolo Garrido lo
transformó en el segundo gol, al aprovechar la mala salida
del meta Cristian. ¡ Aleluya!
Dos goles como dos soles, a pesar de las nubes negras. Pudo
llegar incluso el tercero en un lanzamiento de Ñoño buscando
el ángulo derecho. En el estertor de la primera mitad,
sustazo que resolvió Sergio Ceballos bajo palos. Al
descanso, café y sonrisa dibujada.
En el 52’ mano a mano de Carlitos con Cristian que pudo
certificar el acta de defunción de la Balompédica. Se daba
vida al “enemigo”. Esto no es el Candy Crush, no hay que
regalar vidas. Todo lo contrario, hay que asesinarlos, como
en el CSI. En el 57’ llegó el minuto criminal. Penalti y
expulsión. A la mente el “Rafa, no me jodas”. Rigor
arbitral.
El goleador Chico achicaba distancias. De golpe y porrazo
2-1
y el San
Fernando en
inferioridad numérica por
la
expulsión de Amarito
con
32 minutos por delante. Partido de machete en boca. Para
colmo de males, Carlitos es retirado cojeando. Los de
Lebrija comienzan a creer; los de La Isla a ser agnósticos.
Se igualaron fuerzas con la justa expulsión del chiclanero
Dani Pelos Fornell. No hablaremos de su
comportamiento posterior a pie de túnel de vestuarios.
A la mente otra vez Murphy y sus malditas leyes. A doce
minutos del final David Zamora sale despedido en un
encontronazo dentro del área, pero el colegiado ceutí se
hizo el de Suecia y no quiso ver nada. Ver para creer: 2-2.
…. Y llegó el 2-3. Como un castillo de naipes, todo lo
construido se venía abajo. Iker Jiménez tiene materia para
hacer un programa.
Ya en el descuento, emergió la poderosa figura de Pablo
Vázquez para empatar con un espectacular remate de cabeza.
El valenciano la tuvo en sus pies la posibilidad de la
remontada. Te lo merecías, pero no pudo ser ¡ Amunt, Pablo!
Salió del campo lágrimas en los ojos.
Todos salimos del campo así. Rabia, dolor e impotencia,
pero no nos queda otra que no darnos por vencido, luchar
hasta el final, pelear por el cuarto puesto, por el tercero,
por el que venga. El fútbol (como la vida misma) te da lo
que te quita. Pero la esperanza, como en la caja de
Pandora, es lo último que se pierde. ¡ No la perdamos! Esto
es La Isla….".
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